La visión de FSE (Fédération du Scoutisme Européen)
y el Magisterio de la Iglesia Católica
-- v1.2.05.20

"Consideramos al Escultismo para los niños y el Guidismo para las niñas como dos experiencias diferentes del mismo Método Educativo Scout. Por motivos exclusivamente educativos y por respeto a los gustos de cada uno, alojamos a niños y niñas en
unidades distintas, con actividades separadas para ambos sexos.

A nivel de Asociación, las Guías y los Scouts forman un movimiento único en el espíritu y el trabajo, y huyendo de una separación artificial, consideramos que la educación de niños y niñas debe efectuarse en estructuras diferentes, en las cuales se preveen momentos de encuentro." (Fuente)

"En cuanto a la co-educación, sin entrar a polemizar sobre este problema, que últimamente viene propuesto con una orientación de tipo masificante e indiferenciada, sin tener un mínimo conocimiento sobre las Orientaciones de la Iglesia Católica respecto al tema, se observa que en la práctica tal "co-educación", fruto de la improvisación de dirigentes jóvenes y sin ningún tipo de preparación pedagógica o metodológica, se reduce, en el mejor de los casos, a una simple promiscuidad" (Le Ragioni di una Scelta, Il perchè dell' Associazione Italiana Guide e Scouts d'Europa Cattolici, página 05)



Coeducación y Escultismo - Cover



"Todos los hombres, de cualquier raza, condición y edad, en cuanto participantes de la dignidad de la persona, tienen el derecho inalienable de una educación, que responda al propio fin, al propio carácter; al diferente sexo, y que sea conforme a la cultura y a las tradiciones patrias"

"Colaboren, sobre todo, con los padres; juntamente con ellos tengan en cuenta durante el ciclo educativo la diferencia de sexos y del fin propio fijado por Dios y cada sexo en la familia y en la sociedad; procuren estimular la actividad personal de los alumnos, y terminados los estudios, sigan atendiéndolos con sus consejos, con su amistad e incluso con la institución de asociaciones especiales, llenas de espíritu eclesial"

(Declaración Conciliar Gravissimum Educationis sobre la Educación Cristiana)



"Igualmente erróneo y pernicioso para la educación Cristiana es el método de la coeducación, cuyo fundamento consiste, según muchos de sus defensores, en un naturalismo negador del pecado original y, según la mayoría de ellos, en una deplorable confusión de ideas, que identifica la legítima convivencia humana con una promiscuidad e igualdad de sexos totalmente niveladora"

"Además, la naturaleza humana, que diversifica a los dos sexos en su organismo, inclinaciones y aptitudes respectivas, no presenta dato alguno que justifique la promiscuidad y mucho menos la identidad completa en la educación de los dos sexos"

"Los sexos, según los admirables designios del Creador, están destinados a completarse recíprocamente y constituir una unidad idónea en la familia y en la sociedad, precisamente por su diversidad corporal y espiritual, la cual por esta misma razón debe ser respetada en la formación educativa; más aún, debe ser fomentada con la necesaria distinción y correspondiente separación, proporcionada a las varias edades y circunstancias"

"Recordando las tremendas palabras del divino Maestro: "¡Qué malo es para el mundo que haya tantas incitaciones al pecado! Tiene que haberlas, pero ¡ay del hombre que haga pecar a los demás!" (Mt.18,7), estimulamos vivamente vuestra solicitud y vuestra vigilancia, venerables hermanos, sobre estos perniciosos errores que con excesiva difusión se van extendiendo entre el pueblo cristiano, con inmenso daño de la juventud"

(Encíclica Divini Illius Magistri sobre la Educación de la Juventud)

Valor de las Encíclicas (Fuente)

Del Latín Literae Encyclicae, que literalmente significa "Cartas Circulares". Las Encíclicas son cartas públicas y formales del Sumo Pontífice que expresan su enseñanza en materia de gran importancia. Las encíclicas se proponen, entre otras cosas, enseñar sobre algún tema doctrinal o moral, condenar errores, informar a los fieles sobre peligros para la Fe procedentes de corrientes culturales, etc. Por definición, las Cartas Encíclicas formalmente tienen el valor de enseñanza dirigida a la Iglesia Universal, por lo que sus contenidos están revestidos de la Infabilidad Papal. Cuando tratan con cuestiones sociales, económicas o políticas, son dirigidas comúnmente no sólo a los Católicos, sino a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

Debido al peso y la verdad que contienen, todo fiel debe concederle a las Encíclicas asentimiento, obediencia y respeto. El Papa Pío XII observó que las Encíclicas, aunque no son la forma usual de promulgar pronunciamientos infalibles, sí reflejan el Magisterio Ordinario de la Iglesia y merece ese respeto de parte de los fieles (Humani Generis, 1950)